¿Podrán las lluvias de finales de mayo salvar la próxima cosecha 2023/2024? ¡Respondemos esa pregunta aquí mismo!

El adelanto del calor y la sequía en esta primavera nos vaticina una cosecha similar o aún peor que la del año anterior como consecuencia del cúmulo de circunstancias negativas derivadas de las condiciones climatológicas que estamos atravesando en el olivar.

Desde Vadolivo, queremos poner de manifiesto cada uno de los factores que en mayor o menor medida van a influir en el desarrollo de la cosecha 2023/2024

  • DIFERENCIACIÓN DE YEMAS: El olivo tiene un ciclo de cultivo bianual, es decir, que es una planta que necesitan por lo general dos estaciones o periodos vegetativos, desde que se siembra hasta que florece. Como es por todos conocido, la anterior campaña no fue buena en lo que a precipitaciones se refiere, y en otoño, después de la recogida del fruto no llovió absolutamente nada, por lo que las yemas no han tenido la suficiente humedad y se encuentran inmersas en un proceso continuo en el que se preparan para subsistir pero no para producir fruto. Además, Las yemas necesitan algo de frío para desarrollarse y no podemos olvidar que el invierno ha sido muy seco por lo que nuestros olivares han pasado su reposo estival sin humedad alguna.

 

  • BROTACIÓN CAMPAÑA 2023/2024: El periodo estival del olivo, que comienza a mediados de mayo, se ha iniciado con unas precipitaciones acumuladas de unos 100mm/m² cuando el mínimo de precipitaciones para revertir la situación hubieran sido en torno a los 300mm/m². Por lo que nos hemos encontrado olivos con brotes débiles, por la escasez de precipitaciones cuyos nutrientes provenientes del suelo estaban bloqueados debido a la falta de humedad. Esto ha hecho que comiencen a formarse racimos florales poco vigorosos.

 

  • FLORACIÓN: Al realizarse el proceso de brotación de forma muy lenta y con una semana de temperaturas muy bajas, se produce una parada en la actividad vegetativa del olivo que anuncia el desastre otra campaña más. Al comenzar la floración sin apenas tiempo de que se formen bien las flores, unido a la falta de precipitaciones y a un aumento de temperaturas drástico, las flores se abren cuando aún no se han terminado de formar sus órganos reproductivos, lo que interfiere en el cuajado de fruto y en el endurecimiento del hueso.

 

  • CUAJADO DE FRUTOS Y ENDURECIMIENTO DE HUESO: En este punto y teniendo en cuenta el desarrollo de las etapas anteriores, pasamos a describir el panorama actual en el que se encuentra el olivar:
  • Los olivos de secano con el 90% de las flores quemadas por la falta de humedad, las altas temperaturas y la radiación solar
  • Los olivos de regadío sin poder regar, con las concesiones de agua justas para para que no se sequen los olivos como consecuencia del estado crítico de embalses y acuíferos.

La realidad es que no hay nada que salve la presente cosecha. El cuajado y endurecimiento de hueso se está viendo terriblemente perjudicado, el 70% de las flores están quemadas y/o sin fecundar. Las esperadas lluvias están llegando, pero ya es demasiado tarde y no influirán en nada de la cosecha 2023/2024.

Además, si las precipitaciones en éste mes de mayo no llegan a 100mm/m² los árboles harán un gasto extra de energía en mandar raíces hacia la superficie en busca de humedad y cuando llegue mediados de Junio tendrán que volver a mandar las raíces a su posición inicial, con el consiguiente gasto de energía, llegando a dejar el fruto caer para subsistir. Por tanto, es muy probable que no compense ese proceso para los olivos, e incluso sea contraproducente.